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domingo, 22 de marzo de 2015

¿CUáL ES EL PRECIO DE LA VERDAD?


No encuentro respuesta coherente ante la pregunta que me plantea el título. Y es que es difícil explicarse el porqué del vicio de la mayoría de politiquillos de vivir siempre en la mentira. Sí, es que no paran.
Ahora va y nos regala con otra delicatessen nuestra querida alcaldesa / presidenta. Y ya, entre tanta estupidez, me hace preguntarme ¿en serio se creerá lo que dice?
Asegura que “los ayuntamientos españoles siempre han sido uno de los pilares fundamentales de las políticas del gobierno de Mariano Rajoy para salir de la crisis”.

Claro sita Patri, lo único que le ha faltado es terminar la frase diciendo, como bien demuestra la justicia, que los ayuntamientos han sido un pilar fundamental pero para el enriquecimiento personal de sus colegas de partido y para la financiación ilegal del mismo (cítense algunos informes de un tal juez Ruz).
¿Ve usted como la cosa cambia totalmente al decir la verdad? Pero ¿Cómo pueden tener tan poca vergüenza de negar ya hasta las decisiones judiciales? Son increíbles.
También dice que “hoy podemos decir alto y claro que hemos cumplido con nuestras obligaciones, prueba de ello es el superávit registrado en nueve de cada diez ayuntamientos”. Vamos a ver sita, que ya no traga la gente con tanta tontería, que ya están muy vistos. Pero, vamos a ver, si las únicas obligaciones con las que han cumplido han sido con las de esquilmar de manera sistemática todos los ayuntamientos. ¿Podría decirnos el nombre de alguno que no tenga una deuda desorbitada? Es fácil decir que ha habido superávit cuando se habla de superávit sobre presupuestos, algo que no entiende la mayoría de la gente dicho así.  ¿Por qué no envía uno de sus panfletos a cada vecino explicándole la evolución de la deuda y las actuaciones que se han realizado sobre ella? Quizás les de vergüenza, o no.  Quizás se refiere al superávit que han sufrido innumerables cuentas en otros innumerables paraísos fiscales (algunos hasta hace poco desconocidos), cuentas a nombre de sus colegas, de esos con los que se reúne para solucionar no sé qué. ¿No sabe a quien me refiero? Pues fácil, a los de las privatizaciones de servicios públicos, de recortes en sanidad y educación, a los de la reforma laboral y las subidas de impuestos (de mal gobernante decían), a esos sita, a los de la Gürtel, Brugal, Púnica, y tantos y tantos…
Tampoco se le caen los anillos al apuntar que “la administración municipal es la que menos deuda tiene” (casi na), que ya lo decía el ministro Montoro hace unos días. Está don Montoro como para fiarse del él. Si debemos creernos que “los ayuntamientos están cumpliendo rigurosamente con la Ley de Estabilidad”, faltaría más. Si consideramos que tienen totalmente prohibido aumentar el capitulo 1 de gastos de personal, ya no pueden hacer mas atrocidades con sus flagrantes contrataciones a dedo. Por otra parte ya iba siendo hora que los interventores y secretarios se pusieran en su sitio para evitar tanto derroche injustificado.
Para finalizar, nuestra regidora, se refiere al Plan de Pagos a Proveedores diciendo que “ha supuesto una inyección económica importantísima a los municipios y que “se ha contribuido en la estabilidad y en el progreso de nuestro país sin renunciar a dar los mejores servicios al ciudadano”. Toma ya, y se queda tan ancha, seguro. Le recuerdo a la sita que estos dineros extraordinarios para pagos a proveedores no salen del bolsillo de los gobernantes tan buenos que tenemos sino de la venta de deuda pública que pagaremos religiosamente los mismos de siempre. Y como colofón a este cúmulo de despropósitos, querida alcaldesa, debería explicar públicamente como han conseguido eso de progresar sin renunciar a los mejores servicios, porque, que la mayoría del vulgo sepa, en estos últimos años que venimos sufriendo los gobiernos de sus colegas, este país ha retrocedido décadas en lo que se refiere al estado de bienestar, ni que decir tiene en lo que concierne a derechos laborales.
Pero usted a lo suyo, a hacer meritos. Un poquito más de calidad, por favor. Amén.


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