¿FúTBOL?
Y UNA MIERDA…sin perdón.
Partiendo de la base de que todo aquel
que me conoce sabe que siempre he sido un futbolero de pro, muy activo durante
años, quiero dejar clara la desvergüenza del llamado “clásico” del otro día
entre el Real Madrid y el F.C Barcelona. Y digo “clásico” porque decir que hubo
un partido de futbol me parece exagerado, ya que, a mi corto entender, solo
hubo una mínima propuesta de juego, o lo que es lo mismo, que ganó un equipo a
medio gas porque el otro ni siquiera arrancó motores.
Y en ningún momento quiero referirme a
la propuesta deportiva, eso lo dejo para el análisis de los más de 40 millones
de entrenadores que hay en este país.
Concretamente quiero referirme al tema
de la seguridad que ha arrastrado el evento.
Lo nunca visto,
dicen. Y es cierto, pero no me lo termino de creer. Por muy futboleros que
seamos, pienso que todos deberíamos hacer una reflexión sobre los problemas que
hoy día nos acucian y cómo nos siguen vendiendo la moto del fútbol, del gran
espectáculo. Dicen que más de 1.400 agentes, entre seguridad privada y fuerzas
del estado, formaron tres círculos de seguridad alrededor del estadio dos días
antes del inicio del partido. Resulta que agentes especiales han registrado las
alcantarillas dentro de ese perímetro cada seis horas. Se han pasado por todos
los edificios adyacentes comprobando, casa por casa, los datos de cada
inquilino o propietario, control exhaustivo del espacio aéreo, registros por
doquier, petición de “salvoconductos” a los trabajadores afectados por los
cordones, retirada de los vehículos aparcados un día antes del encuentro y un
largo etcétera de historias que han acompañado esta locura.