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viernes, 27 de noviembre de 2015

¿FúTBOL?
Y UNA MIERDA…sin perdón.

Partiendo de la base de que todo aquel que me conoce sabe que siempre he sido un futbolero de pro, muy activo durante años, quiero dejar clara la desvergüenza del llamado “clásico” del otro día entre el Real Madrid y el F.C Barcelona. Y digo “clásico” porque decir que hubo un partido de futbol me parece exagerado, ya que, a mi corto entender, solo hubo una mínima propuesta de juego, o lo que es lo mismo, que ganó un equipo a medio gas porque el otro ni siquiera arrancó motores.
Y en ningún momento quiero referirme a la propuesta deportiva, eso lo dejo para el análisis de los más de 40 millones de entrenadores que hay en este país.
Concretamente quiero referirme al tema de la seguridad que ha arrastrado el evento.
Lo nunca visto, dicen. Y es cierto, pero no me lo termino de creer. Por muy futboleros que seamos, pienso que todos deberíamos hacer una reflexión sobre los problemas que hoy día nos acucian y cómo nos siguen vendiendo la moto del fútbol, del gran espectáculo. Dicen que más de 1.400 agentes, entre seguridad privada y fuerzas del estado, formaron tres círculos de seguridad alrededor del estadio dos días antes del inicio del partido. Resulta que agentes especiales han registrado las alcantarillas dentro de ese perímetro cada seis horas. Se han pasado por todos los edificios adyacentes comprobando, casa por casa, los datos de cada inquilino o propietario, control exhaustivo del espacio aéreo, registros por doquier, petición de “salvoconductos” a los trabajadores afectados por los cordones, retirada de los vehículos aparcados un día antes del encuentro y un largo etcétera de historias que han acompañado esta locura.
Y todo a costa de los riñones de los contribuyentes. Y ¿Por qué? ¿Por qué el fútbol es sagrado? Puede ser que sea sagrado, tan sagrado y tan estúpido como la religión. Vamos a ver: ¿de dónde ha salido tanto policía? No nos preocupa. Lo mismo que tampoco nos preocupa que no haya policía en la puerta del colegio de nuestros hijos mientras algún hijo de puta intenta venderles droga, o  que no haya recursos suficientes para abonar la ley de dependencia, o....  Le propongo al gobierno que se preocupe de protegernos y que no permita que los fenómenos del balón cobren tantos millones para que sus clubes puedan tener una seguridad acorde a los planes del Ministerio del Interior, es una idea y crearía más puestos de trabajo. De momento, para lo que ha servido este operativo es para comprobar que las cloacas de esa parte de Madrid no se van a colapsar con las próximas lluvias. Por lo demás, solo llenar periódicos y noticiarios deportivos cada vez más cutres, durante un par de semanas. Y también para otros diarios y revistas del corazón totalmente descorazonadas, porque estoy convencido de que priorizarán este evento ante cualquier información sobre desahucios (que se siguen produciendo a un ritmo impresionante), violencia de género, etc. Quizás tengan más suerte y se amplíe el plazo después de ver el desastroso resultado.
Creo que, a estas alturas,  nadie es desconocedor de la amenaza terrorista que estamos sufriendo y entendemos que, de una u otra manera, algo hay que hacer, que debemos seguir con nuestras vidas y no darles en el gusto de vernos con miedo, pero ¿Dónde están las prioridades del gasto en seguridad? ¿En un partido de fútbol? No señor mío, en el estadio había escasamente 80.000 personas,  ¿y qué ocurre con  los más de 40 millones de españoles que no andábamos por allí?

Porque, siguiendo con la reflexión, según dicen los expertos en materia antiterrorista, los mayores benefactores del DAESH o el autodenominado Estado Islámico, son los todopoderosos países árabes del petróleo. Y claro, cabe preguntarse ¿serían tan estúpidos los islamistas de atentar en un escenario donde los dos equipos más importantes del mundo le hacen su propaganda a Qatar Airwys y a Fly Emirates? Quizás su estupidez llegue a esos extremos, no soy yo experto en esta materia pero…entendámonos, por favor. Amén.

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