HASTA
LA ÚLTIMA GOTA
¿Era necesario extraer la última gota
para rematar la jugada?
Ni era necesario ni la mayoría de la
gente se lo llega a creer. Si es que es impensable que se pueda caer tan bajo.
Si sobraban votos, coño.
Ya me empecé a hacer una pequeña idea de
cómo iba a discurrir el partido cuando se dio el pitido inicial hace unos días.
Es normal obtener un buen resultado cuando, como diría un más que refutado
entrenador de fútbol, habéis luchado minuto a minuto, casa por casa y, por qué
no decirlo, pasando más horas en la oficina de correos que alguno de sus
funcionarios.
No es entendible, lógicamente, que la
gente os apoye después de la porquería catastrófica de gestión a que nos estáis
sometiendo en los últimos años. Pero es lo que tienen los pueblos y hay que
asumirlo. Porque en las grandes ciudades, allí donde el voto no es tan
cautivo, os han mandado bien lejos.
El caso es que os habéis entregado en
cuerpo y alma en estas elecciones, ¿por qué? ¿Es interesante manejar un ayuntamiento
en la situación en la que habéis dejado Archena? ¿Quizás hablemos del poder por
el poder? Ya no lo sé.
Lo que sí tengo claro es que habéis
tocado fondo con el espectáculo que organizasteis ayer en una de las mesas
electorales del colegio Miguel Medina. Para aquellos que no sepan de que va el tema
voy a dejarles clara una cuestión: Hay que tener muy en cuenta que cuando una
persona solicita el voto por correo, pase lo que pase, ya se da como que ha
votado. Es decir, que si por cualquier motivo ese voto no llega a la mesa electoral,
ese ciudadano ya no puede votar. Tengamos esto bien claro para entender el
trapicheo que viene a continuación. “Alguien” lee la relación de votos emitidos
por correo en esa mesa y comprueba que hay un voto menos de los que debería.
Cotejando la relación con los sobres de los votos se comprueba que falta el
voto de fulanito de tal, hecho este que suele ocurrir frecuentemente en todas
las elecciones. La diferencia en esta ocasión es que “fulanito de tal” resulta
ser el mismo padre de la sita alcaldesa. Imagino que la mayoría de los
presentes, atendiendo a la legislación vigente, entendieron que había habido un
fallo que no se podía subsanar y este señor no podría votar. Y, ya no sé si por
no querer admitir el error, por “ignorancia” o por apurar hasta el último voto
a costa de lo que fuera, alguien se encargó de llamar a la persona en cuestión
para que ejerciera su derecho al voto in situ. ¿Alucinante? Aun no. En un
principio rigió la cordura y se le prohibió el voto atendiendo a la ley
electoral que antes he explicado. Pero no estaban por la labor de perder ni un
asalto y, tras unos tiras y aflojas y unas cuantas llamaditas de teléfono
parece ser que convencen a los miembros de la mesa y dejan votar al vecino.
¿Motivos para este cambio de actitud y permitir que se infrinja la ley? Parece
que nadie lo sabe. Solo algún que otro reproche entre partidos y poco más. Me
dicen que todos los partidos han hecho constar en acta la reclamación
pertinente sobre el particular. Fenómeno, era su obligación, pero ¿y ahora qué?
Pues en aras de la ley y esperando que se haga justicia, habrá que esperar al
dictamen del la Junta Electoral y, en caso de resolución desfavorable,
presentar la correspondiente impugnación todos aquellos grupos políticos que
defiendan la legislación vigente. ¿Y después qué? Pues que la Junta Electoral
debería anular el resultado de esa mesa y convocar a nueva votación a los
vecinos afectados por esta cacicada.
Y es que lo hacen así de fácil: un voto
= un gran lío
Una movida sin fundamento que debe
llevar a repetir las elecciones solo en esa mesa, una molestia más para los
vecinos que tendrán que volver a sufrirles.
Si es que es normal que cuando se tensa
tanto la cuerda puede que se rompa en algún momento. Porque no es muy lógico
que voten cercan de 9.000 personas y se hayan recogido más de 500 votos por
correo.
Jugando tan fuerte es
más lógico que te saquen alguna que otra tarjeta roja. Amén
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