DESCANSA EN PAZ
ANTONIO
Aunque creo que
se trata de una frase muy manida y no viene al caso contigo, amigo, porque
debes de ser de las pocas personas de este mundo que ha vivido con la
conciencia tranquila del deber cumplido. Seguro que solo has perdido el sueño
por algún problema personal o por el hecho de no llegar a poder denunciar todas
las indecencias que te han rodeado en tu quehacer político.
Y aprovecho este título para encabezar
este panfletillo que permite ser un alegato en recuerdo a tu persona, un
intento de retomar esa conversación que se nos quedó pendiente y una situación
que aprovecho para decirte todo lo que se me quedó en el tintero ya que está
vida sabemos que es injusta, pero siempre se empeña en demostrárnoslo
llevándose a los mejores, coño, con la cantidad de hijos de puta que pululan
haciendo el mal por este mundo.
Precisamente, una de nuestras conversaciones
versaba sobre que estábamos convencidos que enfermedades como el cáncer podrían
ser erradicadas en breve si los gobiernos dedicaran el gasto militar en
investigación. Pero no, este mundo es demasiado cruel y sabíamos que nos
intentan engañar con que el estado de bienestar se mantiene fortaleciendo las
economías de cada país a costa, claro está, de la industria armamentística, de
sus putas guerras.
Y te has ido justo al comienzo de la primavera, sin ruido, como era normal en ti, aun enfermo pero al tanto de la actividad política y siempre aportando tu granito de arena, porque no has parado. Te conocí en una situación peculiar, en la oficina de urbanismo del ayuntamiento, una tarde de tantas en las que te afanabas en revisar expedientes para intentar detectar irregularidades cometidas por los manirrotos de turno. Curioso ese saludo un tanto frio, tu de pie (no te solían dejar ni una silla como mas tarde me comentarías), frente a una mesa y enfrascado en montañas de documentos que pondrían a prueba la paciencia de cualquier ser humano, la tuya no. Y si la justicia de este país hubiera sido justa de verdad, habrías ganado muchas batallas, algo que estoy seguro que habría cambiado el rumbo de este pueblo por el que tanto has luchado. Era más que curioso ver cómo te pateabas el pueblo de punta a punta repartiendo el boletín de Izquierda Unida, con mal tiempo, con muchas trabas, con malas caras, pero siempre con una sonrisa. Afable y agradable, trabajador hasta el infinito, Antonio, todo un personaje. Querido por muchos y respetado por todos, incluso por los que se han considerado tus enemigos políticos, pero no he visto a nadie en este pueblo que pudiera catalogarse como tal ya que ninguno ha tenido tu catadura ética y moral. Todo un crack. Seguro que a estos mismos individuos sin calidad, seguro que se les ocurre alguna idea de homenajearte para alabar tus virtudes cuando han llegado hasta negarte una miserable silla, por miedo, Antonio, porque los has tenido contra las cuerdas. Quizás decidan poner tu nombre a una calle como forma de recordarte, seguro que de manera muy hipócrita porque les diste tanta caña que ninguno quiere hacerlo. Creo que a ti no te gustaría pero a mí no me preocupa, yo te llevare en el corazón y, espero, que tu ejemplo sirva para que las nuevas generaciones luchen por los valores que defendiste con tu mismo coraje. Si acaso hay un dios, espero que no le des mucha caña, pero estoy convencido que ya estarás montando la revolución para cuando subamos los demás. Siempre contigo, amigo. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario